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    An African American mother, father and son sit outside on the grass in front of their home.

    Paternidad

    por Johann Christoph Arnold

    lunes, 11 de junio de 2018

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    • Jairo Antonio Condega Morales

      No hay duda, el acercamiento a nuestros hijos es de vital importancia para su formación, en lo personal no cuento con un nivel económico bueno, somos una familia de escasos recursos, vivimos en un país de pocas oportunidades, pero si poseemos en nuestros corazones un inmenso amor por el Dios todo poderoso, lo cual es la razón por la que amamos a nuestros hijos, al prójimo y tratamos de estar cerca de los más necesitados para transmitir ese espíritu de ánimo y fraternidad.

    Dios es el máximo ejemplo de paternidad. No hay excepciones, – chicos y grandes – todos somos sus hijos, y Él es padre de todos nosotros. Jesús dice: "No llamen 'padre' a nadie en la tierra, porque ustedes tienen un solo Padre que está en el cielo" (Mt 23:9). Y aunque desea ser nuestro padre nunca nos va a obligar a Él. En vez de esto, desea que le pidamos ayuda y que sintamos necesidad de Él. Esto hace fundamental el comienzo de la oración: "Padre Nuestro"...

    Jesús nos deja bien claro, que Dios está esperando por nosotros para ayudarnos con todas y cada una de nuestras necesidades. En el Evangelio de Lucas, Jesús dice: "¿Quién de ustedes que sea padre, si su hijo le pide un pescado, le dará en cambio una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!" (Lc 11:11–13).

    La imagen de Dios como el máximo ejemplo de amor es sumamente importante. Todos los niños anhelan seguridad, – tanto interior como exterior. Cuando los niños no tienen seguridad, las consecuencias pueden traer desdicha. Un hombre que no está seguro de sí mismo o carece de carácter moral no podrá aportar seguridad verdadera a sus hijos.

    ¿Cómo pueden idealmente los hombres dar esta seguridad a sus hijos? Toda persona que anhela ser padre y traer hijos al mundo, debe saber en primer lugar que su propia relación con Dios afectará en gran medida a sus hijos. Quienes procuran esta relación serán bendecidos, en cambio sin esta relación la familia se irá hundiendo rápidamente. Dios es quien nos da la paternidad, y tenemos el encargo de dirigir a nuestras esposas e hijos en Su lugar.

    Por eso en siglos anteriores los padres eran vistos como imprescindibles. Quizá no fueron los principales encargados del cuido de sus hijos, sin embargo llevaban la principal responsabilidad para el bienestar de sus familias.

    Esto ha cambiado dramáticamente en los últimos cien años. En un siglo marcado por la guerra, el descontento, la inestabilidad y una movilidad sin precedentes; muchos niños como nunca han crecido sin un padre en el hogar. Hoy, muchos se preguntan si los padres son necesarios en algo: ¿Quién necesita de un padre? ¿Por qué no una madre soltera? ¿O en tal caso dos madres? No obstante, semejante desconsideración al orden de Dios, está vinculado a tener consecuencias devastadoras, no sólo para nuestros hijos, sino para todo el mundo.

    Por supuesto que una verdadera paternidad implica mucho más que la presencia física en la vida de un niño. Existen muchos hombres que aun viviendo en la misma casa están emocionalmente ausentes por el simple hecho de no relacionarse con sus hijos, además ¿cuántos padres confunden la gran necesidad de amor y atención de sus hijos con el deseo de cosas materiales? Con mucha frecuencia, y con la mejor intención de compensar largas ausencias o apaciguar cargos de conciencia, los hombres compran regalos para dar afecto a sus hijos, cuando lo que necesitan realmente es atención – un abrazo, una sonrisa, o un cuento antes de dormir.

    En los primeros cinco años de mi vida, por razones de trabajo, mi padre estuvo ausente de su hogar por un total de tres años, y aunque sé que esto pudo tener efectos negativos en mi infancia, nunca tuve duda del amor de mi padre. Estuvimos separados físicamente, sin embargo, él mantuvo una presencia positiva en mi vida; mis hermanas y yo nunca dudamos de su fidelidad con mamá y nosotros. Su ausencia tampoco fue un pretexto para abusar con mala conducta. Al contrario, todo lo que él nos había inculcado nos sirvió de ayuda y nos estimuló para apoyar a nuestra madre.

    Esta experiencia debería alentar a otros hombres que dedican días o semanas lejos de sus hijos; los niños recordarán calidad y no cantidad. Desde luego, esto no debe utilizarse para eludir o excusar responsabilidad. Siempre que se pueda es de vital importancia que los padres dediquen tiempo a sus hijos. Aun en los momentos aparentemente sin sentido; por ejemplo: a menudo al conducir un automóvil, si el padre presta atención se sorprenderá de la sinceridad de su hijo y de las cosas increíbles que dice.

    La paternidad, por supuesto, comienza antes del nacimiento del niño. El esposo debe mostrar amor y comprensión a su esposa, llevando juntos las cargas del embarazo y – no frustrarse – cuando ella tiene náuseas, cansancio, o lágrimas en los ojos. Si ella necesita descansar, él debe estar dispuesto a poner más de su parte, ayudando en la casa y cuidando a los hijos, cuando los hay. Él debe ser una fuente de seguridad y ánimo alegre y debe orar con ella cuando la vence el miedo o la ansiedad.

    A veces el embarazo termina en aborto involuntario o muerte fetal, aquí el esposo debe ser especialmente paciente y comprensivo. Porque mientras el padre puede ser capaz de superar esto con bastante rapidez, la madre sentirá la pérdida del embarazo como la pérdida de su propio niño – y aun reciba asistencia para aceptarlo como un propósito en el plan de Dios, se debe reconocer su aflicción y de ninguna manera darle poca importancia.

    Cuando un bebé nace sano, el padre no debe olvidar que Jesús – autentico y verdadero hombre – no tenía miedo inclusive de mostrarse como la gallina que junta a sus pollitos. Así, el padre debe vivir en todo momento de manera digna para Él.

    African American family
    Contribuido por JohannChristophArnold Johann Christoph Arnold

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